SI MARIPOSAS PUDIÉRAMOS SER
Me gustaría algún día
mariposa poder ser,
y me gustaría que tú conmigo
también lo pudieras ser.
Abriríamos nuestras alas
una mañana de abril,
y volaríamos hacia el cielo
en una espiral sin fin.
Tú te giras,
yo te sigo,
tú sonríes,
¡yo te pillo!
Juntos volaríamos
sobre un millón de flores,
rojas, amarillas...
y de todos los colores.
"Es esa amarilla
la que me gusta más..."
Pues pósate sobre ella
que yo voy detrás.
¡Nunca probé nada tan dulce
como el néctar que esta flor produce!
Gracias, bella y amable flor,
por regalarnos tu néctar, tu esencia y tu amor.
Ahora quiero probar
la rosa, la azul, la morada...
a ver de todas ellas
cuál su néctar más me embriaga.
Vamos a probarlas todas,
no nos dejaremos nada,
¿No ves que todas nos llaman,
que todas nos miran, que todas nos aman?
Abrimos al sol nuestras alas
y se llenan de energía.
¡Qué gustirrinín siento,
qué gozosa es la vida!
Mis alas tímidamente
a las tuyas acarician.
Son tan suaves y delicadas,
¡Una auténtica delicia!
Y de nuevo alzamos el vuelo
jugando con alegría,
¡Tú la llevas! ¡Yo la llevo!
Y así pasamos todo el día.
Nuestro vuelo llena de color
cada espacio donde vamos,
y apenas sin darnos cuenta
el cielo vamos pintando.
Todo el mundo nos sigue
con sorprendidas miradas,
es como si detrás dejáramos
el polvo de cientos de hadas.
Gozamos tanto este día
que pareció no tener fin.
Ayer, mañana, no existen
si hoy juegas de lleno a vivir.
No recuerdo cuanto tiempo
como oruga viví,
pero por llegar a ser mariposa
mereció la pena vivir.
Dicen que hay mariposas
que viven tan solo un día,
¿O este día lo viven tan pleno
que es como si fuera una vida?
Me gustaría algún día
que mariposas pudiéramos ser,
y gozar plenamente el momento
como si no existiese el ayer.
Dedicado a Teresa, el ángel que me acompaña con su amor incondicional en los buenos y malos momentos.
Juan Ramón Díaz Ruiz.
20/11/2014
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